
Las diferencias entre los magnates Carlos Slim y Elon Musk están tomando dimensiones extracontinentales, con implicaciones que podrían alterar el equilibrio económico y tecnológico a nivel mundial principalmente en México y Estados Unidos.
Carlos Slim, el hombre más rico de América Latina y actual cabeza de América Móvil, habría decidió cortar los negocios con Starlink, la empresa de Elon Musk, tras una serie de tensiones que incluyen acusaciones públicas y diferencias geopolíticas.

La decisión no solo redefine el futuro de las telecomunicaciones en México, sino que también abre la puerta a una mayor influencia de China en la región, algo que, al país vecino, Estados Unidos, con Donald Trump al mando, lo pone inquieto.
Elon Musk, CEO de Tesla y SpaceX, también actual miembro del gabinete del Gobierno de los Estados Unidos, mantiene una postura controversial respecto a la política global, con un estilo confrontativo que le ha generado tanto aliados como enemigos.
Su apoyo a los comentarios negativos de Donald Trump sobre México y un reciente tuit insinuando supuestos vínculos entre Carlos Slim y el crimen organizado en México, decantaron en una supuesta fractura irreversible entre ambos empresarios.
Con una inversión de 22.000 millones de dólares en juego, el empresario mexicano habría optado por trasladar sus proyectos hacia AST SpaceMobile y compañías de China y Europa. Este movimiento dejaría a Elon Musk sin un socio clave en 25 países, debilitando la expansión de Starlink y cediendo terreno a la creciente influencia china en el sector de las telecomunicaciones globales.
La ruptura de Musk y Slim y el giro inesperado al gigante asiático
El conflicto entre Slim y Musk se intensificó con el polémico mensaje en redes sociales del fundador de Tesla, insinuando nexos del empresario mexicano con el crimen organizado.

Aunque la acusación carece de pruebas, su impacto fue suficiente para que Slim tomara una decisión radical. América Móvil, que había considerado a Starlink como una pieza clave en su estrategia de expansión, canceló cualquier posible acuerdo y redirigió sus inversiones hacia otras empresas.
China aparece como el gran beneficiado de este enfrentamiento. Empresas chinas de telecomunicaciones han incrementado su presencia en América Latina, y el distanciamiento de Slim con Starlink les abre una oportunidad sin precedentes para consolidarse en mercados estratégicos.
A la par, AST SpaceMobile, con sede en EE.UU., se posiciona como un nuevo aliado clave de América Móvil, permitiendo a Slim diversificar sus opciones tecnológicas mientras reduce su dependencia de Musk y sus empresas.

El golpe a Elon Musk y las repercusiones en todo EE.UU.
Más allá de la pérdida financiera de 22.0000 millones de dólares, el verdadero daño para Musk es la pérdida de influencia en el mercado mexicano de las telecomunicaciones.
Starlink tenía en América Móvil un socio ideal para expandir su red en mercados emergentes, y la ruptura significa que ahora deberá competir con gigantes chinos y europeos que han tomado su lugar.
En términos geopolíticos, la decisión de Carlos Slim marcaría, sin duda, la tendencia de un debilitamiento comercial de EE.UU. en la región, lo que podría generar nuevas tensiones en Washington con el Gobierno de México.
Mientras Elon Musk, actual Consejero Superior del presidente de los Estados Unidos, enfrenta este revés, Carlos Slim consolida su posición con una estrategia que lo mantiene en el centro del juego global.
Su alianza con nuevos socios no solo fortalece su red de telecomunicaciones, sino que también le permite jugar un papel determinante en la transición tecnológica de América Latina. La pregunta que queda en el aire es si Elon Musk podrá recuperarse o si, en esta ocasión, la batalla de los titanes la ha ganado Carlos Slim.